Capitulo 06: Sangre Maldita.

-Esto… esto es tenebroso- dijo Amy mientras posaba su mano sobre un tubo de vidrio lleno de agua -¿A qué le temes?- dijo la vos de Aarón, mas no era el quien controlaba su cuerpo, el verdadero ya había sido asesinado -¿Qué es esto?- pregunto Amy, mientras seguía recorriendo con sus dedos la inmensidad del tubo –No es que es, sino quien- respondió Aarón, Amy se alejo del tubo, y como ya era una costumbre en ella tomo su bufanda, inhalo su perfume y guardo silencio unos segundos -¿Esta vivo?- pregunto –Depende de lo que consideres vida, en el estricto sentido de la palabra no es un él, es un algo, pero tiene mente propia si es a eso lo que te referías- respondió Aarón, camino directamente hacia el tubo y se paro frente a el –sin embargo aun no esta completo, como todas las maquinas necesita energía, Amy, aun no respondes mi pregunta, ¿A qué le temes? ¿Cuál es tu mayor miedo?- Amy lo miro al suelo, volvió a aspirar su bufanda y callo, luego de un tiempo dijo -¿Miedo?, no es necesario que te responda, porque mi mayor miedo, hace mucho que se hizo realidad…


Anima Haud VI: Sangre Maldita.


Kate y Ubseti llegaron al frente de una casa vieja y descuidad, parecía estar deshabitada desde hace años, Ubseti abrió la puerta y dijo:

-Kate, pasa.

-¿Es una casa abandonada?

-No, esta es mi casa- dijo mientras caminaban por el pasillo, por todas partes habían animales disecados, tenia de todo, desde gatos hasta alces.

-Dios, que cantidad de animales muertos, si que tienes gustos extraños, ¿Eres cazador?

-No, soy… fui un taxidermista- Ubseti abrió las puertas de la habitación que se encontraba al final del pasillo, dentro de la cual había una enorme cama de dos plaza, junto con un velador con una lámpara rota, todo estaba cubierto con una gruesa capa de telarañas- aquí es, puedes dormir en este lugar.

-Maldita sea, si que esta descuidada, ¿es la habitación de huéspedes?

-Es mi habitación.

-¿Tu habitación? ¿Hace cuanto que no la usas?

-Unos cinco años.

-Cinco años, ¿No has dormido en todo ese tiempo?

-Yo… perdí la capacidad de dormir hace mucho- Ubseti camino hasta una pequeña biblioteca en una de las paredes, saco un libro viejo, y se lo paso a Kate -¿Sabes leer cierto?

-Claro.

-Esto es Magia Blanca, te servirá aprender esto, como protección contra demonios,

-Leyendo, ¿Podre protegerme?

-Si, tienes talento para la magia- dijo Ubseti, salió de la habitación y comenzó a caminar por el pasillo.

-¡Espera!- grito Kate- hace tiempo que quiero preguntarte algo.

-¿Qué?

-¿Tu… tu eres Joseph?- Ubseti no guardo silencio.

-No- respondió Ubseti- me estas confundiendo con otra persona, ese Joseph murió hace cinco años- Ubseti cerro la puerta.

-Que Joseph murió- pensó Kate -¿Quién eres realmente?- Kate camino hacia la cama, quito un par de telarañas y se recostó sobre ella- ¿Magia Blanca? ¿Qué será? – Kate dejo el libro a su lado, luego se levanto y abrió el velador – esto es de mala educación- dentro de este sólo encontró una enorme cantidad de fármacos, entre los cuales abundaban los sedantes y anestésicos -¿Morfina?, así que es un drogadicto- Kate volvió a la cama, tomo el libro de magia – creo que no pierdo nada con intentar- se dirigió a la ventana, la abrió y salió a la calle.

En la oscuridad de la ciudad la silueta de una mujer cubierta por una capucha rondaba las calles, cuando un grupo de asaltantes la rodea - ¿Qué hace una mujer tan hermosa caminando sola a estas horas? Puede se peligroso, no sabes que pueden asaltarte- pero la mujer no respondió Quítate esa capucha, quiero ver tu rostro- uno de los asaltantes tomo la pera de la mujer y la capa que tapaba su rostro cayo, esa mujer era Amy, y su rostro sólo presentaba una expresión de tristeza – pobrecilla, que te parece si nosotros te hacemos pasar un rato… “agradable”- Amy seguía sin responder, los asaltante que en total eran siente comenzaron a sacar sus armas y a reír como una manada de llenas – no valen la pena, sin embargo son molestos como las moscas, y la única forma de desaparecer las moscas es aplastándolas- respondió Amy, luego olió su bufanda, guardo silencio…

Ubseti se encontraba en mitad de la habitación, abrió los ojos y dijo –Puedes salir de allí, los niños han salido a jugar, pensé que estabas muerto- detrás de él la imagen de Aarón con la espalda apoyada contra la pared - ¿Cómo supiste que estaba aquí?- dijo el extraño visitante –Es simple, puedo oler tu miedo- dijo Ubseti –Eso no es verdad, tu no puedes sentir olores, sabores, texturas, cambios de temperatura ni dolor, perdiste tres de tus cinco sentidos y ampliaste los otros dos, eso es parte del contrato- respondió el individúo que se encontraba detrás de la pared, de inmediato Ubseti se dio cuenta de que aquel tipo que se veía como Aarón, que se oía como Aarón, no era…

Otra vez, en la oficina de su difunto jefe, Kate, sentada en frente al mostrador leía aquel libro - ¿Qué es esto? No puedo entender nada- replicaba mientras leía una pagina sobre como curar heridas, siguió ojeando el libro, encontrando hechizos de protección, conjuros contra demonios y una que llamo mucho su atención – Resucitar, ¿Realmente puedo resucitar a los muertos con este hechizo?, maldición, necesito despejarme- salió de la estación de policía con rumbo desconocido.

Amy, caminaba por la ciudad – Que desagradable el tener que ensuciarme las manos que ese tipo de basura – llego hasta un pequeño bar, el mismo en el que se había reunido con Aarón, a la misma hora y el mismo día que siempre iba, y se sentó en la misma silla que siempre lo hacia, cinco minutos después Kate cruzo la puerta y se sentó a la barra, inmediatamente llamo su atención la mujer sentada al final de esta, por algún extraño motivo parecía sentir curiosidad por ella, se puso de pie y camino hasta Amy – Disculpa, ¿Puedo sentarme aquí?- pregunto Kate – me da lo mismo, la silla esta desocupada- Kate tomo asiento, luego de un par de minutos de incomodo silencio dijo – Sabes, mi padre acaba de fallecer y…- pero Amy ni siquiera dirigía su mirada a Kate sólo miraba hacia abajo, de pronto tomo su bufanda y inhalo su perfume – Soy Kate, ¿Cuál es tu nombre?- Amy se mantuvo en silencio, Kate sintió que incomodaba a la extraña mujer y decidió marcharse, cuando ya se iba escucho – Lamento lo de tu padre- dijo Amy, Kate volteo hacia ella – Soy Amy, y también estoy sola, ¿Te importaría acompañarme con un trago?- Kate la miro cálidamente y sonrió – seria un placer

-¡Maldito bastardo!- gritó Ubseti tirado en el suelo con las piernas cercenadas – te apoderaste del cuerpo de Aarón.

-Si, como ves ya tengo un cuerpo, alguien más cumplió la misión que te había encomendado.

-Maldito- prosiguió Ubseti – todo fue parte de tu plan desde un principio.

-Si, aunque tuve que modificarlo un poco, puesto que tu traición fue algo que yo no esperaba.

-¿Traición?, ¡Fuiste tu quien me traiciono a mi!

-¿Traicionarte?, pero si sólo cumplí tu deseo, fuiste tu quien eligió el cuerpo sobre el alma.

-Sabes que no es así, yo quería que las cosas fueran como antes.

-Nada volverá a ser como antes- dijo él mientras desgarraba uno de los brazos de Ubseti- esto es lo que te ganas por tratar de controlar el flujo de la vida, por cometer una herejía.

-Que irónico que hable de herejía un demonio.

-¿Demonio?, es cierto, así es como me llaman los adoradores de tu Dios, sabes, en un principio, ellos me adoraban a mi, si lo tomas de esta forma, los humanos son los traidores.

Mientras en el bar, Kate ya iba en la tercera copa de whisky, ella jamás en su vida había tomado alcohol, pero tampoco había tenido una amiga, así que no le importaba seguir tomando, a pesar de que los efectos del trago ya se hacían notar:

-Dime algo Amy- dijo Kate, apenas si modulando- ¿Qué gracias tiene este trago? es demasiado amargo.

-Dime tu, si es tan amargo, ¿Por qué lo tomas?

-Pues la verdad no lo sé, pero no puedo parar de beberlo, aunque esta amargo.

-Desearía…- Amy tomo su bufanda y la olió- desearía poder sentir que tan amargo esta.

-¿Qué tiene esa bufanda?

-¿Qué?

-Tu bufanda- dijo Kate- en todo el tiempo que llevamos hablando la has olido unas quince veces, ¿qué es lo que tiene?

-Mi bufanda tiene… un recuerdo.

-¿Un recuero?, ¿Qué clase de recuerdo?

-Un recuerdo que… comienza muy dulce, pero que termina muy amargo.

-¿Amargo?, ¿Cómo este trago?

-Amargo, creo que se parece más a un chocolate relleno con hiel.

-Que dramática.

-Si, puedo ver que tu vida ha sido tanto o quizás más dura que la mía- dijo Amy.

-Posiblemente, sin embargo no me gusta hablar de mi vida, dime algo, puedo ver que tiene un anillo de compromiso, ¿Eres casada?

-No, lo fui un tiempo, pero ya no estamos juntos.

-¿Por qué se separaron?, digo, si no te incomoda contarme.

-Por muerte- Respondió Amy con los ojos triste, que parecían llorar, mas, sus ojos seguían secos.

-Lo siento, yo no quería hacerte sentir así.

-No te preocupes, fue hace mucho.

-Cuando fue.

-Hace cinco años.

Botado en el suelo sólo con un brazo, Ubseti miraba con impotencia a su atacante – No te preocupes, no voy a matarte- Dijo quien poseía el cuerpo de Aarón, a lo que Ubseti grito - ¡No puedes matarme! – Aarón comenzó a reír – Es cierto, no puedes morir, no puedes sentir dolor, pero recuerda quien te dio ese poder, te voy a dar un pequeño regalo para que te ubiques – de pronto una vieja sensación volvió al cuerpo de Ubseti, y comenzó a sentir como las aberturas de su cuerpo dolían, dolían como el mismísimo infierno, tan intenso que ni siquiera era capaz de gritar, luego de diez minutos de intenso dolor, dejo de sentir, para remplazar eso con miedo – ves, que te pareció mi regalo, supongo que te trajo recuerdos, incluso me tome la libertad de contar tus defensas cerebrales para que pudieras sentir hasta la ultima gota de dolor – Ubseti apenas si consiente grito - ¡Maldito hijo de puta!- Aarón volteo dirigiéndose a la puerta – Recuerda, yo te di tu poder y puedo quitártelo, pero por ahora me apetece jugar un poco más, será mejor que reconstruyas tu cuerpo, nos veremos una próxima vez – Aarón se marcho, Ubseti frustrado se arrastró hacia sus piernas, y luego hacia sus brazos, una vez reconstruido pensó – Ese maldito esta aquí, de nuevo, es mi oportunidad de vengarme, pero no tengo oportunidad contra él, sin embargo, esa chica, Kate, ella tiene alguna importancia para él, no sé que es, pero sin duda es su talón de Aquiles-

-Lo siento, se me paso la mano, sabes, yo… es la primera vez que tomo alcohol- dijo Kate apenas caminando, mientras Amy le ayudaba a caminar sosteniéndola con uno de sus brazos alrededor de su hombro – Mierda, debo verme patética.

-No te preocupes, es natural, estas deprimida, y la depresión y el alcohol no es buena combinación- respondió Amy.

-Pero, mírame, estoy hecha un bulto, en cambio tu, tomaste lo mismo que yo y estas como si nada.

-El alcohol no… no me hace efecto.

-Listo, llegamos- dijo Kate cuando estaban frente a la estación de policía.

-¿Duermes aquí?

-Si, podrías abrir la puerta, no puedo ver la cerradura, toma esta es la llave.

-Esta bien, ¿estas segura que te quieres quedar aquí? Puedo pagarte una habitación en un hotel.

-No te preocupes, estoy acostumbrada, este es mi hogar, además, no podría dormir en otro lado.

-Esta bien- Amy llevo a Kate hasta la antigua oficina de Víctor, la dejo sentada en la silla- espero que pases buena noche, yo tengo que irme- Amy camino hasta la puerta, cuando Kate le pregunto.

- Amy, ¿Volveremos a vernos?

- Eso, es más que seguro- Amy se marcho.

-Que mujer más agradable- dijo Kate, sin saber si lo había pensado o gritado en voz alta, aun mareada se paro y fue al mismo rincón de siempre, se sentó y abrazo sus rodillas – a pesar de todo, sigo estando sola.

-Kate, Kate – Kate abrió los ojos, su cabeza dolía como nunca, apenas si pudo distinguir una silueta enfrente de ella -¿Ralf?- pregunto -¿No me digas que dormiste aquí? – todavía algo mareada y desconcertada pregunto la hora, tras enterarse que eran cerca de las tres de la tarde Kate se levanto y cogió el libro de magia y corrió a la ciudad para buscar a Ubseti, tubo que bajar su velocidad al entrar de lleno en un tumulto de gente, de pronto una mujer con una capa que cubría su rostro choco frente a frente con ella, Kate, la reconoció como Amy, pero una fría sensación en su estomago evito que ella reaccionaba – La respuesta a tu pregunta, es el nombre de tu hermana – dijo Amy, Kate perpleja estaba sin aire, y con un dolor pulsante en su vientre – La respuesta a la mía, es tu sangre, la sangre de la virgen maldita – Amy continuo su camino como si nada, y Kate quedo parada atónita, miro sus manos manchadas con sangre y ahí comprendió que había sido apuñalada, cayo al suelo sin siquiera pestañar, su estomago sangraba a cantaros, y podía escuchar los gritos de la gente a su alrededor -¡Esta muerta!, ¡Que alguien llame a emergencias!- sin embargo Kate era indiferente a esto – Esto, ni siquiera duele, ya no duele, es más es agradable, pero tengo miedo, ¿Acaso?, ¿Acaso voy a morir?, ¿Voy a morir así…?


Fin: Anima Haud VI: Sangre Maldita.

Continua: Anima Haud VII: Profecías.

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