Un solitario guerrero perdido en la oscuridad gritaba clamando, no por ayuda sino que por venganza, con sus parpados humedecidos por un gelatinoso fluido resultante de la mezcla de humor vítreo, sangre y lagrimas, lagrimas que no eran de dolor sino de ira, ciego, perdido sin más guía que una porosa pared de ladrillos y el dolor pulsante de las cavidades en su cara donde antes estaban sus ojos, y ahora no eran más que un vacío doliente y cruel que le imploraba venganza:
-¿Qué hiciste? ¿Qué Mierda le hiciste a mis ojos?
Anima Haud II: Justicia Ciega
Kate estaba en su habitación durmiendo, cuando lentamente se abrió la puerta, y Ubseti entro, se acerco a ella y se paro al lado de la cama, luego rozó con su fría e inerte mano la cara de Kate, súbitamente despertó, miro a su alrededor- ¿Fue mi imaginación?- y de pronto cayó del techo sobre ella Ubseti y comenzó a absorber una extraña llama azul que salía de los ojos y boca de Kate…
Kate se doblo completamente hasta quedar sentada en la cama, mas, no había nada- ¿Un sueño?, mi cabeza me esta jugando bromas, debo estar volviéndome loca- se levanto y se dirigió al baño a lavarse la cara. Y el reflejo de unos ojos amarillos destacaban bajo su cama – no lo puedo creer - pensó Ubseti – le quite suficiente energía para llenarme y ella sigue como si nada, ¿realmente es una fuente inagotable?
Un nuevo día ha comenzado, a pesar de todo lo sucedido la vida sigue adelante, Kate rechazo la licencia ofrecida por su jefe, y decidió seguir cumpliendo sus obligaciones en la estación de policía, aunque su verdadera razón no era la responsabilidad, sino el hecho que se deprimía más en su casa sola que trabajando en la estación, así pues, decidió hacer un borrón y seguir adelante.
Al llegar a la estación notó a un tipo alto de terno, de cabello corto rubio y unas gruesas gafas polarizadas, al entrar su jefe le mencionó que este sujeto era del FBI, que había venido a interrogarla por el incidente del banco, Kate, fue a la sala de interrogaciones y se sentó, luego entro el agente:
-Buenos días señorita Kate Maxwell- dijo el agente- Mi nombre es Aarón Ironblood, soy agente de quántico del FBI, y he venido a hacerle un par de preguntas, ¿entiende la situación?
-Si, la entiendo perfectamente- respondió Kate.
-Reconoce a este sujeto- le pasó una foto de un tipo caucásico con pelo negro y descuidado, su peinado era parecido al de Ubseti, pero sus ojos eran castaños y su piel era más rosada.
-No, es parecido al tipo del banco, pero no es el mismo.
-Joseph, se desconoce su apellido, se desconoce su origen, se desconoce su edad, es sospechoso de varios homicidios, que podrían perfectamente clasificarse como masacres, es hábil en el uso de explosivos químicos, y es el inventor de una potente droga que quita el dolor, además de otros narcóticos que rompen la mentalidad humana, los inhibe tanto del dolor como de la inteligencia, los testigos describen a los afectados por esta droga como “Zombis”.
-Pues lo que usted dice se parece a lo que vi, pero el sujeto no es igual, definitivamente no es, sus ojos, su pelo, su piel, no son del mismo color.
-Creemos que el contacto prolongado con los químicos con los que él trabaja han inhibido su producción de melanina, por lo que su pelo se ha vuelto canoso, su piel a tomado un tono azulado y sus ojos se han vuelto amarillos, ¿se parece más al tipo que vio? Además se hace llamar Ubseti.
-Pues si todo lo que dijo es verdad, es… el mismo sujeto, sin embargo, ese tipo recibió una bala en la cabeza y sobrevivió, y no existe ningún químico capas de lograr eso.
-Tiene razón, pero existen químicos capas de hacerla alucinar, pudo haber rociado alguno por la ventilación del banco, y quizás usted estuvo bajo los efectos de esa droga, además, una mujer joven como usted sabe que no debe confiar en todo lo que sus ojos ven.
-Pues si no puedo confiar en mis ojos, entones, ¿En qué?
-No necesito verla, para saber que esta cerca de los veintitrés, para saber que esta deprimida, para saber que es hermosa, para saber que aun es virgen.
-¿Cómo demonios supo eso?, es imposible que lo sepa.
-Así es, es imposible saberlo, pero con tu reacción me lo acabas de confirmar, es bastante infantil, señorita Maxwell.
-Es sólo… es sólo que usted no tiene porque entrometerse en mi vida privada.
-Lo siento, ¿sabe por qué uso estos anteojos polarizados?
-Para que no vean sus ojos supongo.
-No, pero estuvo cerca, es para que no vean que no están mis ojos.
-¿No… no tiene ojos?
-No, los perdí en una misión hace ya mucho, pero me he acostumbrado y he descubierto cosas que, si siguiera viendo no habría descubierto, se da cuenta señorita Maxwell, el mundo no es sólo lo que sus ojos pueden ver, existen cosas más allá de lo que con la vista puede procesar… bueno, si sabe algo más acera de este sujeto llámeme, esta es mi tarjeta- dijo Aarón mientras le entregaba una tarjeta de cartulina, y luego se retiro.
-Aron Ironblood- pensó Kate- un detective ciego, es algo que nunca me imagine- se levanto de su asiento y camino hacia la salida – Joseph, ¿Será… será realmente el tipo que me ataco?
Kate se marcho, pero no fue a su casa, camino por la ciudad para despejarse mientras veía la tarjeta de su mano- El mundo no es sólo lo que mis ojos pueden ver, Quizás él tenga razón- camino hasta que se hizo de noche, y cuando se dio cuenta, estaba ya muy lejos de su casa, se acerco a un negocio en las lejanías, estaba cerrado, pero afuera había un teléfono publico, volvió a mirar la tarjeta – él se veía muy solo, quizás sea capaz de entenderme- saco una moneda de su bolsillo y marcó el numero de la tarjeta:
-Señorita Maxwell, ¿Joseph esta cerca?
-No- respondió Kate- es sólo… es sólo…- Kate se puso a llorar- es sólo que necesitaba hablar con alguien- en ese momento, sintió de nuevo el olor a azufre, y vio la aterrorizante silueta de ojos amarillos rondándola- Creo que esta aquí.
-¿Dónde esta?
-En un negocio del lado norte de la ciudad.
-OK, voy para allá- y corto el teléfono.
Entones Kate quito el seguro de su pistola y le disparo al cerrojo de la puerta para buscar refugio dentro – esto es allanamiento, creo que en la estación me entenderán- se escondió detrás del mostrador y Ubseti entro- ¿Dónde estas perrita? No te escondas- Kate no hacia más que tiritar rezando porque no la encontrara- niña, no sacas nada con esconderte, ¿sabes por qué?- apareció sobre su cabeza – porque puedo oler tu miedo- Kate inconscientemente disparo a la cabeza de Ubseti haciéndole un agujero justo en medio de la frente, Ubseti cayo sobre el mostrador sin meberse, Kate se hacerco con cautela - ¿Lo… lo maté?- acerco su mano al rostro de su atacante, y este movio bruscamente su cabeza hacia ella – para que disparas, sabes que es inútil- y sorpresivamente de la oscuridad aparecieron unas cadenas que arrojaron a Ubseti contra la muralla:
-Los cuerpos no son más que recipientes, y en tu caso esta vació- dijo Aarón mientras lanzaba las cadenas que parecían salir de sus brazos.
-Agente- dijo Kate- gracias por venir, yo… - mas algo la inquietaba - ¿Qué es esa armadura?
-Es un arma especial para combatir alimañas como él.
-¿Alimañas? – pregunto Kate.
-Lo que viste, fue real, cada parte, él es un muerto viviente, y yo, me encargare de exterminarlo.
-Muerto viviente- dijo Ubseti- no lo puedo negar, aunque jamás he muerto, y tu, lo dices como si fuese un zombi o un vampiro, sin embargo, tu tampoco eres el bueno.
-¿Qué quieres decir?- dijo Kate con un tono inseguro.
-¿No te parece raro qué allá llegado tan rápido? Él estaba siguiéndote.
-Es cierto, Agente, ¿Cómo me encontraste?
-Usted me dijo donde estaba, en la tienda, en el lado norte de la ciudad- Kate disparo a la mejilla de Aarón, rasguñándolo- ¿Qué?
-No te dije el nombre de la tienda, y hay decenas de tiendas por aquí.
-¡Maldita niña!- dijo Aarón mientras la sangre que salía de su mejilla se convertía en una cadena y que broto en dirección a Kate atándole las manos y los pies - quédate quieta, luego me encargare de ti- Aarón se voltea y frente a él estaba Ubseti.
-Lo siento pero - dijo mientras apuñalaba a Aarón en el estomago - ¡ella es mía! - al retirar el cuchillo, se dio cuenta que la hoja no estaba - ¿Qué mierda…?
-Lo siento, no me puedes matar usando metal- Aarón puso sus manos en el cuello de Ubseti y comenzó a estrangularlo, con tal fuerza que le quebró el cuello, Ubseti cayó al suelo inmóvil, Aarón se acerco a Kate, cuando una luz llego a su pecho, luego se escucho fuerte mente el tronido de los huesos de Ubseti –Tu no mueres ¿cierto?
- No- dijo Ubseti mientras volvía su cuello a su lugar - lo siento, no me puedes matar usando tus manos, no me puedes matar de ninguna forma.
-Entiendo, ¿Qué es lo que me lanzaste?
-Ah, te diste cuenta.
-Quizás no puedo verlo, pero si sentirlo.
-Lo que tienes en el pecho, es una bomba de mana- Ubseti apretó su mano y el pecho de Aarón exploto, cayendo su cuerpo con las costillas expuestas.
-¿Esta muerto?- pregunto Kate
-No- respondió Ubseti- no tenia suficiente energía para llegar a sus órganos vitales, además, aquí ahí suficiente metal como para que se regenere y se haga dos cuerpos nuevos- Ubseti camino hasta quedar frente a frente con Kate.
-¿Qué me vas a hacer?
-No temas, no te lastimaré- puso su mano sobre Kate y se teletransportaron a otra parte de la ciudad.
-Tu… tu me salvaste, ¿Por qué?
-No me conviene que mueras, sólo por eso.
-Gracias, yo…
-Nada de gracias, espero mi pago- tomo la cara de Kate y comenzó a absorber una llama azul que brotaba de los ojos y la boca de Kate, hasta que ella cayó al suelo inconsciente- no puedo creer que sigas con vida, llene mi cuerpo con tu energía y aun no he consumido un cuarto del mana que produce tu alma, realmente eres una fuente inagotable, nos veremos de nuevo, pero recuerda que no eres mi aliada, eres mi alimento…
Fin: Anima Haud II: Justicia Ciega.
Continua: Anima Haud III: Pesadillas del pasado.
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